Un vez el arroz es recogido y secado, llega el momento de molerlo (elaborarlo).Si en todos los momentos anteriores el tiempo y otros factores externos influyen mucho, aquí, es la mano del molinera la que tiene mucho que ver con la calidad final del grano de arroz.
Desnudar los granos de arroz de su cascarilla y molerlos para hacerlos suficientemente blancos, no es trabajo fácil, sobre todo cuando lo haces de manera artesana, natural y sin ningún producto químico.
Este es el trabajo más delicado y preciso de todos los procesos que hacemos, y en la cual ponemos los cinco sentidos. El tiempo se para y convertimos nuestro trabajo en pasión. Es el momento tan esperado dónde la calidad y el esplendor del grano de arroz sale a la luz.
Para hacerlo, usamos un molino compacto de fabricación moderna pero artesana, con rodillos de caucho natural para pelarlo y una piedra esmeril con frenos de caucho natural para blanquearlo.
Una vez blanco y tras un tiempo de enfriamiento, lo seleccionamos con una seleccionadora de color, para poder separar todos aquellos granos de arroz que no tienen un 100% de calidad.
Finalmente, lo envasamos de forma artesanal y al vacío, para mantener así toda su calidad, como si fuera acabado de elaborar.
Este es un proceso semanal y muy estricto, que nos diferencia mucho de las grandes factorías de arroz. Ofrecemos a nuestros clientes un arroz recién elaborado, con un aroma y una textura únicas. Este es nuestro objetivo.